Las relaciones interpersonales
Muchos llaman a este siglo, la era de la información. En ningún otro tiempo hubo tanta información y transmisión de comunicaciones como en este. Los celulares portátiles y el internet han revolucionado el mundo de las comunicaciones. Pero, ¿hemos mejorado el relacionamiento entre nosotros? En internet existen miles de foros sociales, en ellos es posible hablar de todo y con todos, aun así muchos pasan el día entero tratando de encontrar una conversación interesante sin resultado positivo.
Pero, ¿por que buscamos virtualmente lo que es posible físicamente? La consecuencia de este fenómeno es que vamos perdiendo la capacidad del diálogo, de la tolerancia mutua, del compartir. En estos medios se habla con frases cortadas y con palabras hiperabreviadas. Muchos ya no conocen el sentido de una carta, de una nota de agradecimiento, incluso, de la gramática.
La generación del futuro podría no conocer la sensación de un abrazo fraterno, la capacidad de ver llorar al otro, el tesoro de una conversación profunda y sincera. El celularmania es la enfermedad que padece mucha gente. A estos es mejor enviarles un mensaje de texto para decirles algo, aún si les tienes frente tuyo, pues esta más preocupado en su teléfono que en uno mismo.
Muchos piensan que un mensaje o una llamada jamás podría ser postergada ni rechazada, por lo que no existe lugar, motivo, razón por el cual se pueda apagar el aparato. Otros incluso, creen que Dios también escribe mensajes de texto y realiza llamadas ya que, se puede ver a muchas personas chateando en plena misa y con el celular sonando a cada momento. Los grandes ganadores de este fenómeno son las corporaciones de telefonía. El hombre mas rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, representa al nuevo negocio de las comunicaciones. Y los grandes perdedores somos nosotros, los que amamos las conversaciones cara a cara, los que prefieren decir las cosas con gestos y miradas, los que viven felices aun sin saldo
Muchos llaman a este siglo, la era de la información. En ningún otro tiempo hubo tanta información y transmisión de comunicaciones como en este. Los celulares portátiles y el internet han revolucionado el mundo de las comunicaciones. Pero, ¿hemos mejorado el relacionamiento entre nosotros? En internet existen miles de foros sociales, en ellos es posible hablar de todo y con todos, aun así muchos pasan el día entero tratando de encontrar una conversación interesante sin resultado positivo.
Pero, ¿por que buscamos virtualmente lo que es posible físicamente? La consecuencia de este fenómeno es que vamos perdiendo la capacidad del diálogo, de la tolerancia mutua, del compartir. En estos medios se habla con frases cortadas y con palabras hiperabreviadas. Muchos ya no conocen el sentido de una carta, de una nota de agradecimiento, incluso, de la gramática.
La generación del futuro podría no conocer la sensación de un abrazo fraterno, la capacidad de ver llorar al otro, el tesoro de una conversación profunda y sincera. El celularmania es la enfermedad que padece mucha gente. A estos es mejor enviarles un mensaje de texto para decirles algo, aún si les tienes frente tuyo, pues esta más preocupado en su teléfono que en uno mismo.
Muchos piensan que un mensaje o una llamada jamás podría ser postergada ni rechazada, por lo que no existe lugar, motivo, razón por el cual se pueda apagar el aparato. Otros incluso, creen que Dios también escribe mensajes de texto y realiza llamadas ya que, se puede ver a muchas personas chateando en plena misa y con el celular sonando a cada momento. Los grandes ganadores de este fenómeno son las corporaciones de telefonía. El hombre mas rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, representa al nuevo negocio de las comunicaciones. Y los grandes perdedores somos nosotros, los que amamos las conversaciones cara a cara, los que prefieren decir las cosas con gestos y miradas, los que viven felices aun sin saldo